Del despecho a la alegría
I
Tanto le tiraron piedras
hasta que por fin le dieron
volvieron los oligarcas
alborotá el avispero
y sin embargo no tienen
moretones en el cuero
no recogieron el odio
que ellos mismos difundieron
por radio y televisión
y periódicos rastreros
hubo francotiradores
y policías pistoleros
que buscaban con afán
siete muertos por lo menos
para que el golpe de estado
tuviera su fundamento
en tres años y no había
por política ni un preso
igual que en las elecciones
fracasarían de nuevo
no pudieron confundirnos
tampoco meternos miedo
claro que el doce de abril
lloramos el desconsuelo
recuperamos la patria
y la estábamos perdiendo
pero, amaneciendo el trece
nos quitamos luto y duelo
paramos por un momento
lo que estábamos haciendo
y salimos a la calle
entre la tierra y el cielo
porque sabe a que se expone
el que viene del infierno
si no se tiene país
para qué seguir viviendo
a pesar de tanta vaina
más allá de los abuelos
sigue el pueblo con su canto
bailador y parrandero
tantos golpes hemos llevado
y seguimos siendo buenos
del despecho a la alegría
llevando golpe y sonriendo
salimos con la colmena
en los corazones tiernos
enjambre de abeja real
que esa no tiene veneno
cada uno es una gota
y todos el aguacero
porque eso lo demostramos
el veintisiete e febrero
que salimos con el hambre
entre el hueso y el pellejo
cuando supieron los ricos
que no somos tan pendejos
esa vez fuimos en contra
ahora a favor del gobierno
que si lo quiso tumbá
la oligarquía y el imperio
eso nos identifica
es lógico desde luego
pero no quiere decir
que seamos gobierneros
si de algo estamos seguros
es que no nos devolvemos
de que nos chupa la vida
la mercancía y el dinero
aquí voy con mi verdad
y por ella me degüello
que horita en este país
andamos lindos y bellos
el corazón de la historia
en Venezuela latiendo
y ese no lo para nadie
tiene mucho sentimiento
es una revolución
la que está sembrando el pueblo.
II
Es una revolución
la que está sembrando el pueblo
allí radica su fuerza
la pureza de su fuego
el agua de su ternura
la tormenta de sus vientos
la ceniza de su piedra
la flor de los cementerios
que se orina en los altares
y se caga en los espejos
que se alivia y que se enferma
sin enfermedad ni médico
se burla de las recetas
ha sido esclavo sin dueño
solamente siendo anónimo
eres aire de su aliento
de la turba y el tumulto
la delicia de su premio
señores pido permiso
para contarles un cuento
que ustedes ya la conocen
pero que horita recuerdo
invoco primeramente
a todos los guerrilleros
incógnitos en la lluvia
germinando el semillero
para nombrar a Bolívar
que todos reconocemos
y a Francisco de Miranda
el de los miles senderos
de cuando aquí en Venezuela
La independencia quisieron
En la primera república
una derrota mordieron
con su ejército mantuano
de levita y terciopelo
que al verse comprometido
ahí mismo salió corriendo
una idea no se concreta
encerrada en el cerebro
remolineando en su clase
lógicamente no vieron
que no tenían el apoyo
de los indios y de los negros
artesano y campesino
pescador y conuquero
que tenían para la guerra
los motivos verdaderos
era el pueblo sin camisa
eran los pata en el suelo
que pa andá con los mantuanos
no pudieron convencerlo
la gente andaba con Boves
porque él andaba con ellos
cuando matan en Urica
a ese taita refiero
es con El Catire Páez
que toa esa gente se fueron
porque andaba entre la turba
como todo buen llanero
Bermúdez y Manuel Piar
mucho pueblo convencieron
ya güelía a revolución
lo que dijeron primero
se hablaba de libertad
de repartí los terrenos
después de la independencia
de Venezuela siguieron
A liberá otros países
sin afán de someterlos
más tarde Ezequiel Zamora
y tantos más no sabemos
hoy en día somos los mismos
nosotros somos aquellos
porque somos la semilla
vital de todos los tiempos
sembramos el corazón
para que nazca el resuello
es una revolución
lo que está sembrando el pueblo
no nos apuremos tanto
no importa si no la vemos
la alegría del porvenir
que coseche nuestros sueños.
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