Vivimos una revolución, la que no ha ocurrido nunca, la que no mientan los libros, ni los sabios, ni entendidos, la que no es posible comparar, la de los planos infinitos en un mismo tiempo histórico, la de inesperados giros, la que está viva, escucha, habla, gesticula, corre, salta, y mira a todas partes. En ella estamos nosotros íngrimos y solos, cimarrones, con un brillo, con una flama, separados de todo poder, buscándonos en la alegría, en la sencillez, en
Vivimos una revolución en donde participan por igual los que deseamos permanecer y los que queremos cambiar, pero ninguno de nosotros lo sabemos, lo cierto es que acabaremos con el capitalismo como cultura, porque ambos somos capitalistas, y como tales debemos desaparecer, por eso es que estamos en proceso de la separación de esta cultura para comenzar la juntura de lo colectivo que nos conduzca a la creación de la cultura socialista, esa es la gran contradicción de este tiempo.
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