lunes, 5 de julio de 2010

La familia: célula fundamental del capitalismo


Desterrados del afecto del mundo

un hombre y una mujer se enamoran

miserablemente con toda la fuerza de su

esperanza


Da tristeza que orientes todo el amor hacia un apellido. Todos los afectos entre paredes. Nada puede esperar la patria si nuestra capacidad de amar sólo alcanza a la familia. La revolución no la pueden hacer funcionarios o militantes que no se quieran. La más genuina organización del pueblo es la amistad. Los panas salimos juntos en febrero y abril. Es terrible que un hombre o una mujer se sientan frustrados porque no funden una familia en base a la relación de pareja establecida, llámese matrimonio o concubinato. Si esa organización sentimental se da y es bonita, pues se celebra, pero si no llega nunca o llegó y no funcionó eso no te exilia del amor.


Hemos padecido despechos de muerte inducidos por el espectro de la costumbre y de la propiedad privada extendida perversamente hacia el beso. Hay quienes sólo conciben el afecto y la confianza en términos familiares y allí la familia se transforma en una mafia. Hay quienes hacen política y gobiernan con sus familiares porque no confían en nadie y piensan que los lazos filiares son la fidelidad probada. Que eso pase entre capitalistas se reconoce, pues familia que roba unida permanece unidad, pero...¿entre revolucionarios?. La defensa de la familia siempre fue un recurso utilizado por los sectores más ortodoxos de la derecha para echarle la culpa a la gente de los males sociales. Si su hijo es borracho o malandro, la culpa no es del sistema si no suya que no lo educó bien. ¿Hasta cuando nos van a seguir metiendo el mismo cuento? Si la sociedad esta corrompida aquí esta corrompido hasta el gato. Ah, que lindo, tú no quieres que hayan ladrones, ni corruptos ni cuatreros en una sociedad donde los capitalistas de la ciudad, del estado y del campo se roban el trabajo humano legalmente a cada rato.


El capitalismo es corrupto e inmoral en si mismo. De lo que se trata es de una revolución verdadera para fundar la patria justa en donde por su propia justicia abarque todos los espacios de la sociedad para dejar de ser individualistas y conformar un colectivo amoroso entre la gente y los árboles, el conejo y el pájaro, las aguas y la tierra, el aire y los misterios...más allá de esa paja que llamamos "familia" y que tenemos años adorando y repitiendo como unos loros así no nos haya servido como pueblo.


Gino González




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