Una
grande y sunámica revolución planetaria; está sucediendo, es una que ya prendió
su mecha y hará volar por los aires todo el andamiaje capitalista junto con todas
las ideologías que como pegostes se nos agregaron al cerebro sean estas de izquierdas
o de derechas, de los lados, de arriba o de abajo. Una que se ha de tragar todas
las academias, iglesias e instituciones que hasta el momento han existido.
Es
una que no tiene que ver con ismos de ninguna especie a no ser su propio y real
gran realismo que nos estalla, que nos abraza, nos batuquea. Una donde todo lo
aprendido, y todas las banderas son expresión de la más pura ignorancia.
Esta
revolución nos iguala en la orfandad de los conceptos, de las ideologías. Nada
(que no sea la comprensión de que la revolución se resuelve en planos infinitos
y probabilísticos siempre determinados por la acción de las grandes mayorías en
su constante enfrentamiento) nos dará respuestas, porque los códigos, las
claves de estos hechos y muchos otros que suceden y sucederán, están lacrados
en nuestras frentes, y no me refiero a un grupo, a una clase, a un sector, a un
gremio, a un partido, a una organización, es la confrontación del todo, al
embate y combate de las grandes fuerzas que se enfrentan en la realidad: las
reaccionarias o lo por morir, las timoratas que siempre actúan circunstancialmente
al lado de quien tenga el poder y las que impulsan el mundo por nacer ( a esto
lo han llamado antiguos pensadores lucha de clases) es esa interrelación dinámica,
la que llamamos revolución. Cada una de ellas, excepto las timoratas tienen su
motor propio, el interés histórico que las mueve, ninguna dará su brazo a
torcer, nadie cederá un milímetro de terreno, cada una está obligada a morir en
los campos de batalla, porque será de esas tempestades de donde nazca la otra
sociedad. Los individuos organizados de una forma o de otra se moverán permanentemente
en esa dinámica, bien sea impulsando a su fuerza, apoyándola o traicionándola.
En
este marasmo los pobres estamos obligados a pensarnos, a no dejarnos pensar por
otros que no seamos el nosotros. Todo pensamiento puesto en práctica desde y
por el poder en toda la historia de la especie ha sido elaborado por aquellos
que tuvieron acceso a las riquezas en todos los tiempos y sistemas de
producción ocurridos hasta el momento. Todo ese pensamiento ha fortalecido el
ego y el individualismo expresado en su aparato de producción que nos reproduce
individuos-ego separados en infinitos gremios, razas, religiones, ideologías,
diseños políticos, tantos como individuos ambiciosos y deseosos del poder
existan. La manera como pensamos, vivimos, trabajamos es fragmentaria, porque
así funciona y nos necesita el sistema.
Los
pobres hasta el momento hemos sido vistos y pensados como la fatalidad, lo que
debe desaparecer en el disfrute de las riquezas, lo que mancha, lo que desdibuja,
lo que no se debe mostrar en público lo que muchas veces se debe desaparecer
radicalmente como mercancía en deshecho, otros nos miran como los necesitados
de suplirle todas las carencias aunque sea de a poquito. La verdad es que somos
una necesidad del sistema somos los que producimos las riquezas y por eso el
sistema nos produce, no somos un gremio, una religión, una ideología, un género,
un partido; somos simple y llanamente una mercancía que produce mercancía y se
reproduce así misma, si desaparecemos desaparece el sistema. Por eso todos los
gremios, los partidos, las religiones, los géneros, las ideologías nos tratan
hipócritamente porque nos necesitan; viven de nosotros.
Los
pobres en el marco de esta revolución debemos pensarnos distinto, debemos pensar
globalmente, debemos pensar para el nosotros, ya no en el progreso, en el desarrollo,
porque esos esquemas productivos son a costa nuestra. Debemos pensar la manera
de eliminar el aparato de producción, no de apropiárnoslo, de repartírnoslo
porque eso repetiría el esquema y sólo estaríamos sustituyendo dueños porque en
el marco del pensamiento actual estamos formados para ser dueños aun cuando no tengamos
nada.
Es el tiempo de que nosotros como clase generemos el
pensamiento que ha de transformarnos, es el tiempo de abandonar el capitalismo,
sus códigos, su ética del crimen y el saqueo, su modo de relacionarnos, su
imaginario, su manera de transmitir el conocimiento, su manera de trabajar, su
costumbre de destruirlo todo.
Los pobres no habíamos podido generar un pensamiento
porque no era el tiempo histórico, porque las condiciones no se habían establecido,
antes creíamos que era natural ser explotados y dirigidos por los esclarecidos
dueños de dioses e individuos. Hoy ningún sistema de poder garantiza la
existencia de las grandes mayorías a no ser a cambio de su esclavitud y
sumisión absoluta y esto ya lo sabemos, no es tema sólo de los esclarecidos o
intelectuales los grandes movimientos sociales en Europa y Estados Unidos así
lo demuestran son los millones de clase media acomodada que se saben sin futuro
y su búsqueda mágica inicialmente de que le arreglen su mundo conducirá
inevitablemente a una revolución como no se había visto antes, porque
simplemente el capitalismo no tiene capacidad para satisfacer, por el contrario
cada día robará con más ímpetu y criminalizará con saña a quienes se le opongan.
Todo el pensamiento que nos antecede y nos produce o
reproduce permanentemente, está hecho para el ejercicio del poder en contra de
nosotros, ninguno de esos pensamiento nos quitará el yugo de la explotación por
muy preñado de buenas intenciones que se muestren, sólo aquel pensamiento que
surja expresamente del nosotros nos hará de otra manera la que diseñemos desde la
conciencia de sabernos parte de lo que ha morir y soñadores de lo que ha de
nacer.
I
Los que anhelen vivir
Los que anhelen vivir
abandonen todo y decimos la vida
sueñen en otro mundo
el diferente donde estarán los juntos
en el círculo colectivo
nombrándose con otra palabra y otro
abrazo
II
Quienes ambicionen morir ahora
muéstrense en todas las tarimas
sámpense todos los micrófonos
aparescan en todas las pantallas
gánense todos los premios
acumulen todos los aplausos
ocupen todos los cargos
controlen todas las riquezas
cómanse al planeta
Ramón Mendoza colectivo el cayapo en el gran
polo patriótico
No hay comentarios:
Publicar un comentario