sábado, 6 de septiembre de 2014

Escalera de un solo escalón para los atapuzados




Ubicar a la clase media pasa más bien por que entendamos una ilusión, una ideología, porque hablar de la clase media es hablar de una falsa percepción de la realidad. Es la clase que no tiene pertenencia histórica, es mentar a una muchedumbre que va subiendo una escalera de un solo escalón que se mueve permanentemente hacia abajo, mientras mantienen la ilusión de que van subiendo, pero están en el mismo sitio. En sus cerebros tienen la ilusión de que van a vivir bien, de que van a salir de la pobreza, de que son mejores que los otros pobres. Cuando hablamos con la clase media siempre están odiando al barrio, odiando al pobre, odiando la pobreza, odiando todo de donde viene, porque tienen mucho miedo de volver ahí, entonces trabajan y trampean tres veces más que los demás, tratando de no ser lo que son, unos pobres más, realmente, son pobres eternos, nunca van a salir de pobres, se llenarán de objetos, trabajarán o robarán mucho para obtener objetos, pero jamás saldrán de pobres. Eso es exactamente lo que llamamos clase media: un tipo de pobres que ambicionan ser ricos, para ellos hacer de todo y poder llegar a determinados niveles en la adquisición de objetos a costa de amigos, familias y, por supuesto, de su vida misma. Para ello deben abandonarse totalmente, entregarse a la vorágine, al aquelarre de la cultura capitalista, eso es exactamente la definición de la clase media, los sociólogos, los psicólogos, lo han definido como una clase pero realmente no existe tal clase, las clases históricas son los proletarios porque producen las riquezas y los ricos por que la usufructúan, son dueños de los medios de producción, pero éste es un pobre que quiere salir permanentemente de pobre y ambiciona ser rico. Entonces crea una serie de elementos ideológicos, en el lenguaje, en los gestos, en el arte, de los que se apropia, que le hacen vivir esa ilusión en determinados momentos, se cree de verdad que es rico, pero basta que lo agarré una enfermedad de esas en que las clínicas se tragan a la gente y hasta la familia la acaba, casa, carro, piscina, si es que tiene, todo eso lo acaba con una enfermedad tonta que le dé, y después la clínica lo bota de ahí porque ya no tiene más para pagar, hasta ahí llegó el clase media en su ambición, en su ilusión.

Pero él de verdad no existe como tal clase, no tiene sentido histórico, no tiene sentido de pertenencia a nada, porque no es rico ni es pobre, vive en un limbo, su cerebro funciona en ese limbo, nunca tiene pie en tierra, es lo que llamamos un creyón, siempre esta creyendo, cree en religiones, cree en ideología, cree en seudo literaturas, es medio músico, medio poeta, medio pintor, siempre es medio algo pero nunca es nada completo, eso le atormenta eso lo destruye enormemente. Por ejemplo, ahora en la revolución, casi toda la clase media es guarimbera, porque descubrió que con este Gobierno que le dio casa, le dio trabajo, le dio carro, le dio estudio, ahora no ven bachilleres sin cupo, no los ven en ningún lado porque en todos lados esta una universidad, y eso, ¿quién lo hizo? lo hizo el Gobierno, pero ¿qué descubrió la clase media? que su mundo era ilusorio; después de que el Gobierno los atapuzó de comida, de carro, de casa, los tipos se dieron cuenta que no iban a ser ricos, no porque el Gobierno se los prohíba, es el sistema, pero ellos creen que es el Gobierno. Es que siempre fue así, nunca dejaron de ser pobres, la clase media nunca ha dejado de ser pobre, por eso en la crisis ellos se vuelven los más revolucionarios, los más radicales y quieren destruir todo, hasta que los atapuzan de comida, prestigio y objetos, ahí se vuelven reaccionarios otra vez, porque creen que esa comodidad es un punto de partida para lograr ser ricos, que es su objetivo principal, pero como hay una revolución perciben o se dan cuenta en la vida práctica, porque la revolución coloca a todo el mundo en la realidad y sobre todo a la clase media, porque se dan cuenta que no pueden ser ricos, que es una mentira el ser rico trabajando o haciendo pequeñas trampas, pero creen que es el Gobierno quien se los prohíbe, porque se tragan toda la propaganda, toda la información que viene del aparato de publicidad del capitalismo. Con todo el esfuerzo que hagan por entender, no logran ver el problema, y creen que es el Gobierno que evita que sean dueños o libres; son de los que piensan que tienen derecho a ser ricos y que el Gobierno se los está limitando. No, el Gobierno lo que hizo cuando lo atapuzó de comida, de casa y de estudio fue decir: hasta ahí es donde puedes llegar, y ellos, que podrían trabajar por la comunidad, porque tienen un nivel de conocimiento, podrían con esas condiciones que se les generan, ya que se les quitaron cuotas balón, créditos indexados, les evitaron que les quitaran las casas, que les quitaran los carros, que les condonaran las deudas, como las de Fundayacucho, a los que estudiaron con esos créditos que eran privados, era del Gobierno pero era privado porque te cobraban, era un disfraz la vaina, ahorita la beca se las dan y es gratis, no tienen que pagarla; entonces esos mismos a los que el Gobierno les dijo están bien, se graduaron y no tienen que pagar nada, no tienen la capacidad de devolverle a una población, que es la que en definitiva se mantiene trabajando diariamente en las fábricas, y podrían contribuir a crear otra sociedad a través del conocimiento que adquieren. Entonces ahora pretenden que ese mismo pobre los adule como ingenieros, como abogados, como médicos, como maestros, como profesores, como técnicos, como capataces, pero se repiten, quieren ser patrones, no se dan cuenta de que no pueden ser patrones no por culpa del Gobierno, sino porque el capitalismo tiene su propia dinámica y no tiene que ver nada con el Gobierno.

Al contrario, el Gobierno en su buena fe, dentro de la contradicción revolucionaria, como todos nosotros, cree que los pobres existimos como una condición natural, porque así fue preparada y piensa la tecnocracia, los políticos, la burocracia y cree que debe darnos comida, que debe darnos casa, que debe darnos estudio, que debe darnos trabajo, y no que se debe usar la plusvalía para prepararnos, para que hagamos política, para que diseñemos la otra cultura, para que experimentemos y nos informemos de esa necesidad, tarea que en algún momento nos daremos cuenta de su necesidad, un partido revolucionario debe crearnos condiciones para que los pobres hagamos política, pero no política para ver cómo pinto el barrio, cómo acondiciono la miseria donde vivo, sino política para salir de la miseria definitivamente, no para perpetuar la miseria, no para disfrazar la miseria, no para pintar la miseria.

Por no comprender eso vemos todo ese deseo de la clase media de que maten al Gobierno, que acaben a Maduro, que destruyan a medio mundo, que acaben con todo, por eso hacen guarimba y se prestan a ser peones, objetos de la conspiración de los dueños, quienes sí saben que son sus intereses históricos los que están en juego en medio de la revolución. La clase media no entiende que están condenando a sus hijos a futuros inciertos, no lo van a poder entender porque ellos creen que es mágico salir de Maduro, peor aún no saben que Maduro no es el problema, como no lo fue Chávez.

Eso es lo que es la clase media. Un pensamiento y una acción mágica, absolutamente irresponsable, que nunca asumen como suya y que siempre están dispuestos al sacrificio de un chivo expiatorio, mientras continúan su carrera hacia la nada montados en su escalera de un solo escalón.

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