viernes, 5 de marzo de 2010

Feliz pre-bicentenario





Si a usted le dicen que oficialmente se celebra una efeméride y no sospecha, usted se jodió. Si le dicen que se cumplen doscientos años de lucha contra la explotación, el coloniaje y por la independencia, no vio pa los lados, compró el paquete, y nuevamente se olvida de que esa jodienda es estructural, usted se debe a ella. Salga de su casa, póngase el casé y celebre. Pero si usted como pobre medio piensa, y trata de preguntarse qué coño hacían sus abuelos y los abuelos de ellos durante los gloriosos episodios de traspaso de un propietario español a uno criollo del país en el que pusieron a trabajar al pelabola extraoficialmente encargado de transformar la historia, de pelear en su guerra, de compartir las convicciones de los grandes cacaos tarde o temprano sin considerar que desde mucho antes de eso ya era patá, mordisco y kunfú resistiendo al exterminio blanco contra el que sus abuelas tenían que echarle un cerro para no caer, o caían; en fin, si usted cree que el cuento del bicentenario es con usted porque sí, sin anestesia, sin vaselina, sin sospechar un mínimo indispensable, cierre el periódico, apague la pistola y constate a ver si sus tatarabuelos estaban en la foto del 19 de abril de 1810, o, manquesea, en el retrato de familia que Lovera o Michelena sacaron pal 5 de julio de 1811, y si ahí ve a su negro, pardo o indígena tatarabuelo (porque la abuela ni de vaina) incorporado a ese sagrado episodio de la memoria nacional, si ahí sí los ve, avise donde y notifique a esta redacción qué consume y comparta.


Pero, si por el contrario, usted sabe bien que sus tatarabuelos no van a estar en la fotico de familia, que se olvidan de usted en la celebración de una vaina que costó la vida de millones como usted, mientras que señorones, empingorotadas, ultra-académicos, neogodos, fascistas actualizados y demás metáforas de la explotación que hasta el día de hoy lo tienen contra las cuerdas, que además se distribuyen en izquierda o derecha, que no son más que eso, una “izquierda” y una “derecha” con cuatro pendejos (o pendejas por aquella mamagüevada de la equidad de género) y pueblo que jode de por medio que poco le importa las izquierdizadas discusiones que lo llevan pal mismo barranco que la derecha –y que además bien sabemos que si el pobre va de culo no hay barranco que lo detenga-, usted, en certero lance de ignorares, habrá dado con ese algo que complica la mente y lo pone a sospechar de esos mensajes, porque algo hediondo llevan en la entraña; usted se dará cuenta no sólo de que lo están dejando por fuera, otra vez, de unas celebraciones que realzarán los grandes logros de esta nuestra sociedad al borde del atolladero. Y si además de todo esto sopesa las vainas y se da cuenta de que son más de quinientos años del mismo peo, y que son más de quinientos años aguantando esa pela, ¿qué vaina sería esa del bicentenario entonces? Bueno, está bien, entendámonos, sus antepasados participaron, pues hágase un favor a usted y a su identidad y expropie su bicentenario, que por histórico legítimo derecho le corresponde sin preguntar mucho. Procure apartar el pajonal escolarizado de antes, haga un esfuerzo por quitar la maleza del espíritu de ese momento, y reconozca que fue usted el que lo hizo. Y sí, usted hizo que los más grandes de esos señores cambiaran de mentalidad y asumieran el pedazo de pueblo que les corresponde, con todos los demás.


Si todavía sigue leyendo, celebre su pre-bicentenario, que es todos los días. O achántese un poquito y espere a la de 1814, conmemorando la rebelión campesina capitaneada por el taita Boves, al pueblo de fondo de esa misma realidad que (además) fue la fuerza decisiva en el campo de batalla, y haga fiesta con un bicentenario original, sin fotocopia. Revise esa lectura y reconozca que no sólo viene de antes, sino que llega hasta ahora. Así es cuando la ola llega cerca de la orilla más de lo calculado.


Luego, le cambia el enfoque al lente, y se da cuenta de que está un lunes 27 de febrero de 1989, cuando había que jode foto, cámaras de video, equipos de grabación en general, y usted puede ir a comprobarlo: 27 de febrero, 4 de febrero, 13 de abril, ¿no ve ahí a su tío, a su papá, a sus hermanas, a los abuelos? ¿no ve los mismos rostros que no encontró en la foto de 1811? ¿No se ve clarito ahí en esas fotos siendo justamente el motor de una historia común, colectivizada, mejorando en salud a los coñazos? ¿No fue usted, o sus abuelos –una y la misma vaina- los que le torcieron el cuello al relato del pueblo de este país? ¿Vio que usted también ha sido dueño o dueña de su historia?


Diego Sequera


2 comentarios:

  1. hola juan, pasará el 5 de julio, llegará el 24 de junio del 2021 y todavía seguiremos en pre- si los argumentos de estudio para liberación siguen siendo los mismos, toda la verdad que tenga el evolucionista marx, o el buena fe de chávez, la historia la ha escrito la mitad de ella, el hombre, no la mujer, o la ha escrito la oligarquía, no los esclavos, o los victoriosos no los pisoteados, lo cierto es que te veo como un cronista escribiendo en pleno tráfico, será por eso que siempre te leo, esto es bicentenario de cambio de denominación, no de costumbre, la pelona bailando reaggeton desde que la humanidad pisó tierra, no se amolda a sus talentos, no sabe qué vaina es esa, hasta que la pelona nos decapite.

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  2. Saludos compa, Vanguardia Creativa Producciones C.A este texto especificamente no fue escrito por Juan, fue escrito por Diego Sequera, pero es así fue escrito en tiempo real, saludos

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