Cuando uno se encuentra un esclavo, hijo de
esclavos, nieto de esclavos, defendiendo la propiedad privada sin tener un
hueco donde caer muerto, uno manda a la mierda todos los santillana y las
historias "solemnes" de disque una República de Venezuela de liceo.
Cuando no duele la patria sino el empleo y el
esclavo manda al coñísimo de su madre al suelo que pare alimento con tal de
defender a su amo que le atapuza la jeta todos los días de harina y cerveza.
Entonces
aquí es donde se reivindica la capacidad destructiva que tiene esta
revolución sobre todos los conceptos
existentes. Que no quede piedra sobre piedra en esta mina, pa que floree otro
concepto posible, donde no seamos esclavos de mierda, sino gente de abono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario