La necedad de
las burguesas, su cupo Cadivi, sus cirujanos y su mierda no tienen lugar en
este peo; tampoco es el tiempo de las competencias feministas pa ver quién leyó
más libros o cuál tiene el marido menos patriarca, o cuál es más posmoderna,
eso no nos toca a nosotras; la novela no hizo más estrago que el hambre ni que
la violación de nuestras abuelas. Somos sabias en la rabia y desde ella nos
toca reconocernos, y sabias somos en la certeza de que ya no nos joden más con
mariqueras de mujeres tontas, de mujeres libro, de mujeres máquina, de
esclavas.
Llegó el tiempo
de un nosotros, el tiempo de quienes pedimos cola, las batatuas de tanto subí
escalera, los cocineros hasta de piedras, las paridoras de los guerreros, los
chavistas, las que mentamos madre sin asco y amamos con desenfreno, quienes
vamos a la vida con alegría, sin guerra de los sexos, sin pegostes ideológicos
y sin mastique en la cara.
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