No sos Venezuela
No, no sos Venezuela, ni siquiera
llegas a ser la bota de un trabajador, la escardilla de un campesino, el canto
de un piapoco, la flor de la sabana, de donde comes y agarras fuerza para
gritar sos Venezuela acompañada
de la bandera gringa, con el cerebro gringo, con el traje gringo, con la comida
gringa.
No,
no sos Venezuela, no puedes ser, porque te educaron para ser gringoeuropeo, bebiste
en las aguas de mikimaus, te educó jóliwu, y te dijeron que sólo existía la
historia de ellos, te enseñaron a odiar este paisaje, sólo querías comerte
todo, robarte todo, ya fueras profesional o político o religioso, o lo que
fueras.
Tu
falta de cultura raigal, o intracultura, te hizo presa fácil de lo extranjero,
una vez Europa, otra Estados Unidos, o Japón, o cualquier cosa que te vendieran
como mejor, distinguido.
Jamás
un gesto de afecto por este suelo saqueado por lo extranjero, jamás una mirada tierna
por el río o la montaña; siempre mejor el Sena que el Orinoco, mejor el Everest
que el Guarairarepano, mejor las cataratas del Niágara que el Churún Merú.
Sólo la cursilería
barata y el mal
gusto te acompañó.
No,
no sos Venezuela, porque el arte extranjero te dijo que lo tuyo era folclore o
cultura popular.
No
sos Venezuela porque siempre deseaste que alguien de afuera te gobernara.
Siempre
copiaste los modelos exteriores, nunca se te ocurrió que podías pensar, porque
el cerebro te lo hipotecaron al nacer y lo conservan oxidado funcionando sólo
en el ámbito del hambre, la ignorancia y el miedo.
No,
no sos Venezuela porque nunca jugaste con los afectos sino con juguetes
extraños, con los que te sustituyeron los abrazos y las querencias, nunca
jugaste con los otros: siempre competiste.
No
sos Venezuela porque jamás te enseñaron a compartir.
No
sos Venezuela porque nunca sembraste una mata, ni creaste un calzado o un
vestido, por eso es imposible que seas Venezuela.
No
sos Venezuela por el tanto odio, la tanta amargura, la incomprensión de tu
historia, la falta de valoración de quién eres, la ausencia de reconocimiento
de lo que debes ser, lo que tienes que ser, con quién compartir, a quién amar;
no puedes ser Venezuela porque no te enseñaron a confiar sino a usar al otro.
No
sos Venezuela porque no puedes entender que una revolución llega es para
curarnos de tanta miseria, para que juntos sacudamos las alfombras viejas y
fundemos un país para vivir y no para competir, para compartir y no tener, para
amar y no odiar, para abrazar y no separar, cuando odias te odias, te
destruyes, te asolas, te desafectas y no te habita la ternura necesaria para
ser gente de este territorio, que un día después de la revolución amaremos con
naturalidad y nunca más nos nombraremos con desprecio, como nos enseñaron los europeos
y los gringos.
No
sos Venezuela pero debes intentarlo, es de pinga ser Venezuela.
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