El Cayapo/Misión
Verdad
Estamos claros que
esta guerra es igual a todas las guerras, su objetivo es el poder, verdad de
catedral. La única diferencia es, como dice Sun Tzu en El
arte de la guerra, “la guerra es muy antigua, por eso siempre será
nueva”.
Estamos frente a una modalidad de guerra en donde las
trincheras son difusas, donde el principal frente es el cerebro colectivo.
Las transnacionales han logrado apoderarse en
Venezuela del cerebro clase media, potenciando el miedo, uno histórico con una
casi incurable carga de años, salvajemente explotado y usado a conveniencia,
hasta lograr convertirlo en odio irracional, imposible de curar.
Sólo por la vía de la disolución en el tiempo se
desarma el dispositivo de odio que hace que cualquier acto de guerra, de parte
de las fuerzas que pugnan por cambiar, se convierta en detonante, y que estas
masas enfermas, en estado demencial, produzcan su propia muerte, al destruirse
en una vorágine que sacie el odio fabricado.
Debemos aislar, en función de saber preservar la
vida, a aquellos que tratan de generar y propagar más odio.
Frente a eso, la propuesta es juntarnos y juntar a
todo aquel que trabaje con el arte, la palabra, y la música, para crear diseños
que contribuyan al objetivo de diluir el odio. A todos los organizados en
distintos gremios, a todos los productores, en general, a todo el pueblo.
El Estado o Directorio Revolucionario ha actuado de
acuerdo con esta situación, desenmarañando cada situación difícil (como el caso
de las jugadas magistrales de negociar la entrega de López y acordonar con
mujeres policías una concentración) que a todas luces, y con el concurso de
agitadores y provocadores entrenados, organizados y pagados por los verdaderos
interesados, fácilmente pudo desbocar y provocar el objetivo de guerra: la
guerra total, la Venezuela muerta y postrada.
Pero esta guerra, por las propias características
actuales de su novedad, ya no involucra sólo a los ejércitos y sus
colaboradores, o al aparato del Estado, sino que su objetivo es el asesinato de
las tres cuartas partes del planeta, aquellos que ven en la gente, mercancía
viva y que llaman eufemísticamente daño colateral; esa cómoda guerra de los
dueños del mundo que buscan la eliminación del estado burgués en cualquiera de
sus variantes en todo el planeta porque ya no les sirve para sus planes de
máximo control dictatorial.
Es a la gente a
quien toca asumir la responsabilidad de diluir el odio, de evitar que los
dueños construyan ejércitos con nuestras filas; es vital para eso mantener la
unidad real de nosotros como pueblo, condición fundamental para evitar que se
desate la guerra fratricida, civil, a distancia (proxy war, o sea, la llaman en el Pentágono): la
muerte sin distinción es su objetivo primordial. La guerra de poltrona y paltó.
Es verdad que podemos arrasar al este en un día de
furia, ¿pero cuántos años nos durarán las consecuencias de estas acciones? El
Comandante nos enseñó a esquivar el odio hasta en los momentos que parecían
imposibles, decirse chavista y no aplicar sus máximas prácticas es un
contrasentido: y no estamos hablando de poner otra mejilla, sino de saber
combatir.
Debemos profundizar las tareas de organización, de
propaganda e inteligencia popular (sí, de esa, y de la otra también)
fundamentalmente en el seno de los barrios, campos y pueblos, explicando la
situación, organizando conversas, en función de la comprensión amplia, real y
total de esta (nueva) situación (así lo de “nuevo” no sea tan obvio), alertando
con informaciones precisas a toda la población.
En medio del marasmo, la verdad nos sostendrá como
revolucionarios. Y una verdad se ejecuta en juntos, en nosotros.
Los que puedan entrar en las redes sociales deben
hacerlo, pero entendiendo que no es el principal foco para diluir el odio, sino
que debe hacerse con mucho cuidado, evitando terminar siendo presa de lo que
queremos diluir.
Siempre hay que recordar que más propensos estamos a
la guerra de confrontación que a trabajar por diluir las condiciones que la
producen; héroe no será en esta guerra quien más disparos realice, sino quien
mas desactive situaciones de guerra.
1989 despertador violento de quienes nunca mas dormiremos
https://soundcloud.com/weder03/somos-l-a-fink-produce porque nosotros somo hijos de este procesos de rebeldía que se dio desde los tiempos de la colonia
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